R&D USMP Report N° 4 Editado por la Oficina de Innovación y Desarrollo de la Facultad de Derecho Universidad de San Martín de Porres |
EL AGUA QUE TODOS
DESEAMOS EN MANOS DE INTERESES PÚBLICOS
Por: Julio
Morales Dellisanti
Economista investigador de la Oficina I+D+I de la Facultad de Derecho de la USMP
Economista investigador de la Oficina I+D+I de la Facultad de Derecho de la USMP
Con la llegada del verano, el
consumo de agua potable de los hogares en Lima y Callao aumenta. Sin embargo, a
muy pocos nos preocupa la deficiente calidad de la gestión y provisión de este
recurso, por parte de Sedapal, que todos los hogares sin excepción utilizamos
en diversas actividades básicas diariamente.
Si bien, de forma clientelista,
muchas veces los políticos defienden el manejo de este recurso “estratégico”
por el Estado, y lo venden como la única alternativa válida en resguardo de los
intereses de todos los ciudadanos, esta solución dista de ser la de mejor costo
efectividad en el mercado. Existen alternativas igualmente válidas como
establecer Asociaciones Público-Privadas (APP), otorgar concesiones para la
gestión a capitales privados con un régimen adecuado de fiscalización y
exigencia de cumplimiento de metas y auto-sostenibilidad a largo plazo por
parte del Estado, es decir no se trata de otorgar un cheque en blanco en el
manejo de este monopolio natural al sector privado.
Para muestra, un botón. Tomando
en comparación nuestro par chileno “Aguas Andinas” empresa capitalina
concesionada hace ya varios años, encontramos indicadores de gestión que distan
mucho en eficiencia lograda en comparación al caso peruano. Por ejemplo: Según
estadísticas de FONAFE, SUNASS y SISS, en promedio, para el periodo 2010-2013,
Sedapal alcanzó niveles de tratamiento de aguas servidas de 28,5% a diferencia
del 96% que obtuvo Aguas Andinas; con respecto a la rentabilidad sobre el
patrimonio, tenemos una gran diferencia de 3,1% versus 18,4% respectivamente;
en el caso de la micro-medición, Sedapal alcanza un nivel de 77,7% versus el
94,1% de Aguas Andinas; considerando el ratio (costo operativo/ingreso por
ventas) que toma en cuenta la eficiencia en los procesos de operatividad con
respecto a los ingresos por ventas, tenemos que nuestros costos representan el
68,7% de nuestros ingresos por ventas mientras que en el país vecino tan solo
el 48,7%. Otro indicador interesante es el número de reclamos por concepto de
consumo elevado como porcentaje de los reclamos totales, en nuestro caso
tenemos niveles de 50,6% mientras que en Chile representan tan solo un 9,6%.
Esta cifra nos podría estar dando luces del estado y/o calidad de los equipos
de micro-medición con los que contamos.
Por otra parte, las tarifas que
cobra actualmente a los usuarios finales no alcanza ni siquiera para reponer la
infraestructura necesaria para seguir operando, mucho menos para realizar
inversiones en infraestructura destinados a la ampliación de la red hacia
aquellas familias que no cuentan con redes de agua y desagüe y que según
cálculos de Contribuyentes por Respeto (CpR) tendrían que pagar hasta 27 veces más
que el usuario con conexión en el hogar.
Es así que una solución válida
pasa por otorgar en concesión el manejo de este recurso. Recordemos que las
tarifas artificialmente bajas que pagamos por el agua están siendo subsidiadas
con los impuestos asumidos por los contribuyentes y que el agua realmente cara
es aquella gestionada ineficientemente y aquella que no se tiene.
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