R&D USMP Report N° 7 Editado por la Oficina de Innovación y Desarrollo de la Facultad de Derecho Universidad de San Martín de Porres |
TECNOLOGÍAS
FÍSICAS Y SOCIALES
Por: Lucas Lavado
Profesor de Teoría del Conocimiento
y Seminario de Tesis.
Editor y autor de algunos
libros
entre los más difundidos
están Epistemología y Los Roles de la Filosofía.
“Vivimos una época en la
cual, por extraño que parezca,
muchos individuos bastante
cultivados consideran que la
verdad no merece ningún
respeto especia”l.
Harry G. Frankfurt: Sobre la Charlatanería (on bullshit)
y sobre la verdad.
Resumen
Parte de la justificación de la aclaración
conceptual de la tecnología, ciencia y artefacto. Muestra algunos ejemplos de
cambio tecnológico expresados en la constante innovación de los artefactos
tecnológicos. Asume el enfoque conceptual bungeano y una postura crítica
respecto de los negadores de la objetividad y la verdad como son los
constructivistas y relativistas.
Palabras
clave: tecnología, ciencia, artefacto tecnológico, constructivismo,
sociotecnología, verdad y eficiencia.
Abstract
Part
of the justification for the conceptual clarification of technology, science
and artifact. Shows some examples of technological change expressed in constant
innovation of technological artifacts. Assumes the Bunge conceptual approach
and a critical stance towards the deniers of objectivity and truth as are the
constructivists and relativists.
Key Words: technology,
science, technologic artifact, constructivism, sociotechnology, truth and
efficiency.
Introducción
¿Por qué
es importante estudiar y aclarar el concepto de tecnología en las condiciones
actuales? Primero, porque constituye una de las columnas de la política social
y el desarrollo; segundo, porque la vida en el siglo XXI, donde ya estamos
sumergidos, es una vida instalada en
un universo poblado por artefactos tecnológicos y tercero, el diseño de
proyectos de investigación requiere elucidación conceptual.
La
tecnología es un cuerpo de conocimientos que ha surgido de la necesidad de
resolver problemas prácticos, como parte de una gama de respuestas que la
especie humana ha inventado para hacer frente a los apremios de la vida
cotidiana y de los grandes desafíos que conciernen a la humanidad.
Estamos
pues obligados a entender conceptualmente lo que es la tecnología, diferenciándola
de los artefactos tecnológicos tanto físicos como sociales, así como sus relaciones
con las ciencias básicas y aplicadas.
La manifestación de los cambios tecnológicos
Desde
inicios de la época moderna, las revoluciones científica y tecnológica fueron tiempos
estelares para la humanidad, mucho ha cambiado el sistema mundo debido a los
superordenadores, la internet y la digitalización. Pensemos en la manera en que
Gutemberg trabajaba con los tipos móviles de madera en su imprenta: letra por
letra, palabra por palabra, frase por frase y página por página hasta construir
un libro tal como lo conocemos. Y pensemos en la manera cómo funcionan hoy las
impresoras láser ubicadas en el escritorio de muchos hogares, donde un
estudiante puede imprimir su trabajo para la escuela o la universidad. En los
millones de los libros, que ya están liberados de pago de derechos de autor que
Google ha escaneado. Basta estar conectado a una computadora para diseñar,
elaborar y editar nuestro propio libro sin ninguna dificultad. Asistimos a la candente
discusión sobre la desaparición de los libros de papel y la puesta en el
mercado del libro electrónico.
La puesta
en funcionamiento de la PC, el escáner, la impresora 3D instalados en la
Galaxia Internet enfrentando el espacio-tiempo, ha posibilitado el achicamiento
de las distancias, de modo que podemos conversar con cualquier persona de
cualquier lugar del mundo, iniciar investigaciones interdisciplinares
compartidas, entre personas que nunca tienen verse cara a cara, con solo la limitación
del idioma. Un mundo nuevo de nativos digitales y analfabetos científicos y
tecnológicos. Estamos pues impelidos a diseñar y cultivar nuevos modos de
aprender, si no queremos quedar excluidos del sistema cultural global.
Junto con
los cambios anteriores, hay otros que son realmente apabullantes, la
combinación entre ciencia y tecnología que afecta la propia naturaleza humana.
Todos podemos pensar en la prótesis como los anteojos, los corazones
artificiales y los brazos ortopédicos, pero ¿podemos imaginarnos una prótesis
cognitiva, es decir implantes en el cerebro para aumentar nuestra memoria y
nuestra capacidad de respuesta inmediata a las necesidades urgentes de
conocimientos? Bueno, estamos en momentos de importancia crucial para enfrentar
enormes cambios impactantes para la propia especie humana.
Este
desarrollo y progreso de la humanidad, también ha traído nuevos problemas como
el deterioro de medio ambiente y la inequitativa distribución de los beneficios
y de la felicidad humana. Sus consecuencias están afectando, como nunca antes,
las bases mismas de la supervivencia humana. Sumergidos en un mundo artificial
que el hombre ha creado, estamos viviendo en un planeta, donde el mismo hombre
se ha convertido como dice Jesús Mosterín en el “cáncer de la biosfera”. Un
mundo que ha quedado atrás para siempre. No tenemos que retroceder mucho, para
recordar las máquinas y los teléfonos que ya son objetos de museo. Quizá la
crónica del recuadro siguiente le diga algo a un abuelo de hoy y casi nada a
los nativos digitales:
Un mundo del pasado que no volverá
SÁBADO en la noche de un fin de semana cualquiera a mediados de los años
80´s. Un adolescente de 18 años sale de su casa para encontrarse con sus amigos
y dirigirse en grupo a una fiesta. Las coordinaciones se habían hecho
telefónicamente horas antes y no había de qué preocuparse. Al llegar al punto
de reunión, no encuentra a su grupo. Espera durante largos minutos hasta que
decide comprar varias fichas RIN. Al fin encuentra un teléfono público
operativo y saca de su billetera una agenda acordeón donde almacena los
teléfonos de las casas de sus amigos. Ya todos habían salido. Vuelve al punto
de reunión con la esperanza de que haya sido simplemente un retraso
involuntario. Nada. Se resigna y enciende su Walkman para hacer más llevadero
su viaje de regreso. Total, es temprano, piensa, tendrá tiempo de pasar ese
nivel imposible de Space Invaders en su Atari.
Hoy, ese joven ya es un hombre que bordea los 40 años y recuerda con un
buen humor esa anécdota de un tiempo en que la tecnología estaba a punto de
vivir una revolución que cambiaría la vida del ser humano: la invención de
Internet. En estos días es impensable no estar conectado al mundo ni un solo
segundo del día a través de un celular inteligente o cualquier otro dispositivo
conectado a esa red mundial de información (Caretas.
Lima, 10.12.09, pp. 91-92).
El mundo ha
cambiado de un modo que a los muy jóvenes les es difícil maginar el relato anterior.
Es como cuando relatásemos pasajes de la época donde no existía lápiz, cuaderno
de apuntes y libro de texto: aquellas clases de absoluto silencio para que el
profesor exponga su tema y los alumnos memoricen lo que dijo el profesor. Es
impresionante entender cómo estos artefactos cambiaron la vida para siempre
gracias a la tecnología cuyos productos
se denominan artefactos.
¿Qué es lo
que cambia en la sociedad? La manera de relacionarnos con nuestros semejantes,
la forma de comprar y vender, las diferentes formas de trabajar, los lenguajes
con los que nos comunicamos, la manera de hacer la guerra, etc. etc. Todo. Todo
cambia con tal velocidad, que es urgente suponer que las novedades se
multiplican cada día. No sabemos lo que nos espera mañana. ¿Pero por qué no nos
sorprende tanto las aulas de clase que siguen siendo las mismas de hace 300
años? Debemos trabajar, debemos educarnos y formarnos, debemos vivir para explicar
este proceso multidimensional. La telefonía móvil inserto en Internet ha sido
factor decisivo de las redes sociales y ha desplazado en cierto modo al popular
ordenador personal.
El móvil omnipotente
Llamar y recibir llamadas es sólo el big
bang de la telefonía celular. Apenas dos décadas después de su nacimiento,
el móvil se ha alejado de esa causa originaria y compite por sustituir, cada
vez con más éxito, al ordenador, la cámara de fotos o de vídeo, la televisión o
el GPS del coche. Son los llamados Smartphone
o teléfonos inteligentes.
…
Como certifica la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) en su
último informe, el celular es la tecnología que más rápidamente se ha adoptado
en la historia. A finales de este año, contará con 4,600 millones de abonados.
De 2000 a 2008 se ha pasado de una penetración del móvil en el mundo del 12% al
60%, mientras que el fijo ha pasado del 16% al 19%. La informática tardó cuatro
décadas en popularizarse y aún hoy sólo una tercera parte de la humanidad tiene
acceso a un ordenador.
…
…Lo mejor está aún por venir. Los operadores comienzan a hacer pruebas
de laboratorio con LTE (Long Term Evolution), la cuarta generación (4G)
celular, con estándar universal, con la que, sólo en su comienzo, se alcanzarán
velocidades de descarga de hasta 320 Mbps y 80 Mbps en subida. (Ramón Muñoz, El
País, 29.12.09, p.24).
Los retos
son frontales, la velocidad del cambio ha sobrepasado las posibilidades de las
instituciones educativas. No se trata de clases del profesor, ni solo de la
adquisición de libros actualizados, sino del sistema universitario como
organización inteligente que ha ingresado a una crisis irreversible. El
periodista y profesor Jeff Jarvis (2010) pregunta “¿Quién necesita una
universidad cuando tenemos a Google? Todo el conocimiento digital del mundo
está disponible en una búsqueda […] No hay razón para que mis hijos se limiten
a asistir a los cursos de una escuela, sino que ahora pueden obtener online
cursos del mismísimo MIT y de Stanford” (p. 281). Si este desafío no ha llegado
a las mallas curriculares y las clases de nuestras universidades, ya hemos
perdido la batalla.
¿Qué futuro nos aguarda?
Cuando
finalizaba el siglo XX los periódicos noticiaban que el ajedrecista campeón
mundial, Garry Kasparov, había sido derrotado por la supercomputadora Deep Blue. Tuvo una repercusión mundial,
inclusive el mismo ajedrecista creyó que efectivamente jugó con la máquina y
perdió. Después de los años transcurridos merece la pena repensar cómo es que
ganó la computadora. Las especulaciones y las consecuencias que se extrajeron llevó
a sobrevalorar sus posibilidades. La conmoción del ajedrecista ruso fue publicitada
y es posible que haya llegado a entender, mucho después, que con quien jugó
realmente fue con el equipo de programadores que realimentaban permanentemente
el programa.
El
profesor Bunge (1997), días después, escribía un artículo periodístico que
ponía en evidencia la necesidad de la crítica y la importancia de la
epistemología en los currículos. Con su habitual sentido crítico plantea dos
tesis: “Tesis 1. Quien derrotó a Kasparov no fue una máquina, sino el equipo de
programadores que diseñó el programa Deep Blue. Tesis 2. Las computadoras, aun
las programadas de la manera más inteligente, tienen una inteligencia combinatoria
antes que creadora” (p. 6). Con lo que queda planteado que quienes vencieron a
Kasparov fueron los programadores, aunque esta idea contradiga al profesor
Michio Kaku (2014, p.285). Lo que los programadores hicieron es combinar una
serie finita de movidas posibles, de modo que la máquina utilizaba inteligencia
combinatoria más que imaginación. Con lo que se consolida la nueva disciplina
denominada inteligencia artificial y la necesidad de estudiar matemáticas,
especialmente algoritmos.
Esta nueva
rama de la ingeniería le atribuye inteligencia a las máquinas que son capaces
de ejecutar algunas operaciones que pueden ser denominadas “inteligentes” y
capaces, asimismo, de reconocer órdenes o instrucciones verbales. Encara dos
problemas básicos, que como dice el profesor Kaku son “el reconocimiento de
patrones y el sentido común” (p. 286). Asociada a otra disciplina denominada
robótica, abre horizontes y problemas inéditos de investigación. La lista de
disciplinas nuevas también se va haciendo larga y los cambios del mundo del
trabajo se hacen cada vez más exigentes en sinergia con la sociedad de la
información y del conocimiento.
El ajedrecista
David Levy, doctorado en Inteligencia Artificial y escritor especializado en robótica,
formula algunas anticipaciones inquietantes respecto de los avances en el campo
de la robótica. Prestar atención a lo que dice, será muy ilustrativo para tomar
nota sobre cómo están ocurriendo las cosas. Dice con cierta convicción “(n)o
tengo duda de que acabará habiendo matrimonios con robots. Y me permito apuntar
que se legalizará primero en el Estado de Massachusetts”. Pero no se queda
allí:
El futuro está muy cerca
PREGUNTA. Usted dice que en unos años tendremos sexo con robots y nos
casaremos con ellos. ¿En qué se basa?
RESPUESTA. No es una opinión superficial sino el producto de años de
investigación y del cotejo de fuentes muy variadas. Se lo explicaré brevemente.
La inteligencia artificial progresa cada vez más rápido. Mucho más rápido que
hace 20 años. Y progresará todavía más rápido en el futuro. En apenas 30 o 40 años
los ordenadores serán mucho más poderosos y los científicos podrán crear robots
muy similares a las personas. Programas con emociones artificiales que se
asemejen a las de los seres humanos. No hay nada que nosotros podamos hacer que
un robot no pueda hacer dentro de 30 años.
P. Explíquese.
R. Hoy ni siquiera los ordenadores más poderosos son tan poderosos como
el cerebro humano. Según diversos expertos, en unos 12 años los científicos
podrán crear un ordenador con el mismo poder que el cerebro humano. Y tardará
uno 10 años más en crear uno cuya capacidad sea 10,000 veces mayor. Esa es la
esencia de mi tesis. A partir de 2040, todo lo que hace de alguien una persona
atractiva se podrá reproducir artificialmente, y esto abre la puesta a un
futuro incierto.
P. ¿Un futuro que conduce inexorablemente al sexo con robots?
R. Yo no diría inexorablemente, pero no tengo duda de que habrá robots
que se parezcan más y más a los seres humanos. Fíjese usted en esta mujer (abre
un libro de robótica y aparece una hermosa presentadora). Lo que usted ve es un
robot japonés. Es una réplica exacta de una periodista de la televisión nipona.
Los creadores reconocen que la perfección de la réplica es relativa y cifran en
10 segundos el tiempo que una persona tarda en darse cuenta de que no es una
persona sino un robot. Pues bien, los mismos expertos dicen que dentro de unos
años ese tiempo de reacción habrá crecido hasta los 10 minutos. Y poco a poco
cada vez más hasta que las diferencias sean imperceptibles (David Levy
entrevistado por Eduardo Suárez. El Mundo,
6.9.08)
¿Entonces, qué es tecnología?
Ahora, la
pregunta inevitable: ¿qué es tecnología? La tecnología es un tipo de
conocimiento que se ocupan de transformar y controlar los hechos tanto
naturales, sociales como socionaturales. Gracias a la tecnología, hemos dicho
antes, se ha creado un mundo artificial en el que estamos cómodamente
instalados. Como si esto fuera poco, todo el sistema mundo está interconectado,
es decir forma sistemas, pequeños, medianos y grandes. Lo nuevo se asoma con el
perfil de la ciudad inteligente o smart
city.
Se suele
establecer diferencias entre técnica y tecnología, aunque muchos autores hoy
los utilizan indistintamente. La primera incluye solamente los conocimientos
prácticos tradicionales, es decir pre científicos, la tecnología es en cambio
un conocimiento práctico que se funda necesariamente en la ciencia contemporánea.
Toda la tecnología actual se funda en la ciencia. Hoy no existe tecnología sin
base científica.
¿Por qué
es importante definir la tecnología y caracterizarla? Porque aclara las ideas y
orienta la práctica. Una definición adecuada, permitirá estudiar la tecnología
actual con provecho y también encontrar derrotero adecuado para continuar otras
búsquedas.
Tomaremos
prestado la definición del filósofo Mario Bunge (1985, 1999), quien la define
como un sistema compuesto de una 11-tupla, T=<C, S, D, G, F, B, P, C, O, M,
V>, explicitado del modo siguiente:
- la comunidad profesional C de T es un
sistema social compuesto por individuos que han sido formados para ejercer
una profesión, que siguen una tradición de diseño y evaluación de
artefactos de algún tipo, por ejemplo ingenieros informáticos y
administradores;
- S, la sociedad que alberga a C y los
apoya o al menos tolera sus actividades profesionales;
- el dominio D o universo de discurso de
T está compuesto exclusivamente (certificadas o putativamente reales),
pasadas, presentes o futuras, algunas naturales y otras artificiales;
- el enfoque general o trasfondo filosófico G de T consistente
en a) una ontología de cosas cambiantes conforme a leyes –en particular
recursos naturales y cosas bajo control humano posible-, b) una
epistemología realista con un toque de pragmatismo y c) la ética
profesional de la utilización de los recursos naturales y humanos
(cognitivos en particular);
- el trasfondo formal F de una colección
de teorías lógicas y matemáticas actualizadas.
- el trasfondo especifico B de T es una
colección de datos, hipótesis y teorías actualizados, razonablemente
confirmados (aunque corregibles) acerca de métodos de investigación
efectivos y de diseños, normas y planes encontrados en otros campos del
conocimiento, en particular en las ciencias y las tecnologías relacionadas
con T,
- la problemática P de T consiste
exclusivamente en problemas cognitivos y prácticos acerca de los miembros
del dominio D, así como en problemas acerca de los otros miembros de la
11-tupla.
- el fondo de conocimientos C de T es
una colección de datos, hipótesis, teorías y métodos actualizados y
verificables (aunque no definitivos), así como de diseños, normas y planes
compatibles con el trasfondo específico B y obtenidos por algunos miembros
de C en ocasiones anteriores.
- los objetivos O de los miembros de C
incluyen inventar artefactos o procesos nuevos, nuevas formas de usar los
conocidos, o normas y planes para llevarlos a cabo o para evaluarlos.
- la metódica M de T consiste
exclusivamente de procedimientos escrutables (verificables, analizables,
criticables) y justificables (explicables), en particular el método
científico y el método tecnológico.
- Los valores
V de T consisten en una colección de juicios de valor acerca de cosas y
procesos naturales o artificiales –en particular materias primas o productos
terminados, recursos humanos, procesos de trabajo, organizaciones sociales
y normas.
Quienes realizan
investigaciones tecnológicas se encargan de diseñar artefactos de diferentes
tipos que siguen un proceso de prueba, para pasar a la fase de la patente y
producción industrial. El proceso difiere de la investigación científica.
Las verdades científicas y sus negadores
Una vez
más: en el siglo XXI ya no existen tecnologías ajenas a las ciencias. Todas se
fundan en verdades científicas, en hipótesis suficientemente confirmadas.
Debido a ello es que en los centros de desarrollo tecnológico avanzado no descuidan
las investigaciones básicas en matemática, física, química, biología,
sociología, psicología, economía etc. Son los soportes tanto de las tecnologías
físicas como de las sociotecnologías.
En las
facultades o escuelas de ingeniería, administración, etc., los currículos de
asignaturas incluyen ciencia básica y filosofía. Sin un puñado de verdades
científicas no sería posible la formación de técnicos, ingenieros, administradores
y abogados eficientes. Sin un arsenal de verdades no sería posible diseñar
artefactos de tanta precisión y eficientes como por ejemplo las sondas
espaciales, los telescopios, los nuevos sistemas de gestión, etc.
La ciencia
busca verdades que sirven para orientarnos en el mundo en que vivimos y tomar
decisiones importantes de cara a la sociedad. Pero como quiera que todo
conocimiento científico y técnico no están desconectados de un enfoque
filosófico, es bueno advertir que existen enfoques o posturas que reniegan de
la verdad de muchas maneras.
Entre los
negadores están los constructivistas y los relativistas. Los primeros cuando
relacionan la realidad con el discurso y llevan sus afirmaciones al límite negando
la independencia de la realidad respecto del sujeto. Para ellos no existen
descubrimientos sino construcciones sociales, según ellos el mundo como tal no
existe, lo construimos. Niegan que exploramos y descubrimos el mundo con
artefactos construidos para tal empresa. Son también negadores de la realidad
objetiva.
Los
relativistas gnoseológicos, también niegan la existencia de verdades objetivas
y transculturales. Sostienen que cada sociedad tiene sus propias maneras de ver
y pensar el mundo y las cosas según su punto de vista. Pero, a todas luces, no
se puede negar que la ciencia busca verdades, aunque estas sean provisionales.
Los científicos nunca dicen que han encontrado verdades científicas definitivas
sino aproximaciones.
Los
relativistas no creen en las verdades, por ello es que no la buscan. Sin
embargo, en muchos lugares del mundo se han establecido comisiones de la
verdad, cuando se trata de investigar y juzgar a culpables de violaciones de
los derechos humanos. Comisiones que han tenido como objetivo central buscar la
verdad y juzgar a los criminales o culpables. Esto ha sido obstaculizado de
muchas maneras, unas veces de manera burda.
Sin
embargo, felizmente, está pasando de moda minimizar y devaluar la importancia de
la verdad a secas. De imponer ideas que socavan la importancia de la verdad de
maneras más sutiles, pero igualmente opuestas a la verdad. Existen filósofos de
las “medias verdades” y periodistas reputados que, negando la existencia de
verdades objetivas, proponen en cambio “una verdad consensual”. De este modo
los relativistas no piensan que existan argumentos, y exhibición de pruebas,
sino negociaciones o “acuerdos” entre las partes. Para ellos no tiene sentido
buscar verdades porque no existen. ¿Es así realmente?, ¿no es necesario buscar
verdades y defenderlas porque no hacen falta?, ¿Existirían vuelos espaciales y
estaciones espaciales sin algunas verdades necesarias para asegurar la empresa
y las vidas que ello implica?, ¿son verdades las que revelan en las
radiografías de tantos pacientes que buscan curarse?, etc. Es, además,
estimulante esta búsqueda.
Teoría hipótesis y diseño
La multiplicidad de teorías incompatibles referentes a un mismo dominio
de hechos sólo prueba que la investigación científica no garantiza verdades
instantáneas y completas. Pero como lo muestran las pruebas observacionales y
experimentales, a menudo damos con hipótesis parcialmente verdaderas. Y, como
lo muestra la historia de la ciencia, si una hipótesis es interesante y suficientemente
verdadera, estimulará investigaciones que podrán dar como resultado mejores
aproximaciones a la verdad. Lo que vale para las hipótesis vale para las
teorías y los diseños (las cursivas
son nuestras) y resultados experimentales. Al fin y al cabo, el progreso
científico no es ilusorio. Y no es concebible sino como el reemplazo de
falsedades y de verdades parciales, por verdades más aproximadas, así como el
hallazgo de verdades radicalmente nuevas (Bunge, 1998: 198-199).
La ciencia
es universal y transcultural, es el tipo de conocimiento indispensable sobre la
que se construye proyectos de investigación tecnológica, no solamente en
ciencias naturales sino también sociales y socionaturales. No solamente se
diseñan y renuevan los ordenadores sino también los artefactos sociotécnicos
como son los partidos políticos, las empresas, las universidades, los
hospitales, etc. Sin dejar de reconocer que el diseño y puesta en marcha de artefactos
sociotécnicos hay más chapuzas que trabajo serio.
¿Existen
artefactos sociotécnicos? Sí, existen artefactos sociotécnicos que se diseñan
como si se diseñaran motores o puentes, pero que este diseño es mucho más
complicado que diseñar puentes, porque se trata de organizaciones compuestas
por seres humanos que piensan, sufren y tienen emociones. Para ello necesitamos
un puñado de verdades históricas, económicas, sociológicas, psicológicas, etc.
Las ciencias sociales y la biología son el soporte para construir artefactos
sociotécnicos. Con lo que estamos frente a un tipo de tecnología de lo que no
dice nada los manuales universitarios de metodología.
Los
constructivismos y relativismos son nocivos porque impiden la investigación que
permita diseñar o rediseñar artefactos sociotécnicos como escuelas, partidos,
ejércitos, hospitales etc. La desconfianza sistemática sobre la búsqueda de
verdades es una manera de limitar, disminuir y dinamitar las investigaciones.
Desalienta la investigación científica y tecnológica.
Las
ciencias trabajan con hipótesis como
su aspecto central y siempre tratan de contrastar estas hipótesis a luz de los
hechos, ejemplo la hipótesis provocativa de Martel (2015) de que “[e]l futuro
de internet no es global, está enraizado en un territorio” (p. 21). En cambio,
quienes hacen investigaciones tecnológicas siempre buscar hacer diseños para someterlos a prueba. son
ilustrativas las peripecias en el diseño de Wikipedia (Isaacson, 2014). Las
ciencias buscan verdades y las tecnologías actuar sobre los hechos buscando el
valor de la eficiencia.
La tecnología y los artefactos
Con
frecuencia se suele confundir ciencia aplicada con tecnología y ésta con los artefactos.
Tal es la confusión, que algunos intonsos al importar computadores de última
generación creen que están contribuyendo con el adelanto tecnológico. Esto ha
llevado a reprimir la investigación tecnológica y a utilizar el mismo esquema
de investigación para la tesis en derecho, administración y literatura. Les
resulta difícil entender que las ciencias tratan de explicar hechos, en tanto que las tecnologías, sobre esta base, transformarlas. Que las ciencias buscan
verdades y las tecnologías eficiencias. Otra confusión lamentable es la
introducción del neologismo tecnociencia
(Bunge, 2015) en los medios universitarios. En el medio peruano, un marco
conceptual adecuado para ubicarse en este proceso complejo y poco explorado lo
propone Francisco Sagasti (2011).
Finalmente,
las ciencias aplicadas también son distintas de las tecnologías, en principio
porque son ciencias y buscan verdades, con el añadido importante de su posible utilidad
en cualquier campo, ejemplo: el estudio de las plantas de la selva baja peruana
pensando en su posible utilidad alimentaria o medicinal.
Referencias
Bunge, M. (1985). Seudociencia e ideología. Madrid: Alianza Editorial.
Bunge, M. (1997, junio 22). Kasparov vs. IBM ¿Quién
ganó? Dominical del Diario El Comercio, p. 6.
Bunge, M. (1998). Elogio de la curiosidad. Buenos Aire: Sudamericana.
Bunge, M. (1999). Buscar la filosofía en las ciencias sociales. México, D. F: Siglo
XXI Editores.
Bunge, M. (2015). Evaluando filosofías. Una protesta, una propuesta y respuestas a
cuestiones filosóficas descuidadas.
Barcelona: Gedisa.
Isaacson, W. (2014). Los innovadores. La historia de los genios que crearon internet.
Barcelona: Penguin Random
House.
Jarvis, J. (2010). Y Google, ¿cómo lo haría? Hagas lo que hagas, Google lo acabará
haciendo mejor que tú y además
gratis. ¿Está preparado? Bogotá: Planeta
Colombiana.
Kaku, M. (2014). El futuro de nuestra mente. El reto científico para entender, mejorar y
fortalecer nuestra mente.
Barcelona: Penguin Random House.
Martel, F. (2015). Smart. Internet (s): la investigación. Buenos Aires: Aguilar,
Altea, Taurus, Alfaguara.
Sagasti, F. (2011). Ciencia, tecnología e innovación. Políticas para América Latina.
Lima: Fondo de Cultura Económica
del Perú.
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